Existe una gran conexión entre los colores, las emociones y el estado mental de las personas. Cada tonalidad tiene la capacidad de generar estados de ánimo que van desde el deseo o la alegría, hasta la tristeza, angustia o irritabilidad… por mencionar algunas.
En el caso de la selección de colores para el color elegido como predominante fue el azul, el cual comúnmente se asocia con la confianza, tranquilidad o estabilidad, sin embargo al tratarse de una cerveza debíamos generar otro tipo de sensaciones por lo cual utilizamos el color amarillo como complemento, ya que éste se relaciona con energía, optimismo y originalidad.
De esta manera logramos un equilibrio que funciona muy bien para el carácter del producto, haciéndolo amigable, llamativo y juvenil.